Cuando hay un accidente -ya sea la muerte de un hombre o que la señora rompe un plato -siempre alguien pregunta: “¿Cómo sucedió?” La respuesta será invariablemente la misma: no fue casual. Alguien o varias personas causaron el accidente. Los accidentes no son casuales. Siempre son causados, y la causa es casi siempre que alguna persona o personas fallaron en su tarea en alguna parte. Supongamos que usted se cae en las escaleras de su propia casa y se rompe una pierna. Esto no es una casualidad. No había ningún diablillo esperando allí para hacerle una mala jugada. Algolo hizo caer y ese algo fue el resultado de la acción de alguna persona o la falla de alguna persona en actuar cuando debía haberlo hecho. Lo probable es que la caída se deba a su propia falta. Tal vez usted estaba apurado y bajó las escaleras más rápido de lo que debía. Tal vez se había tomado algunas cervezas. Tal vez trató de llevar un bulto voluminoso que le hizo perder el equilibrio. Tal vez su vista es...